Mercenarios y un señor

Resulta que Fabio "el denostado" Capello ya se ha quitado la máscara definitivamente. Ese madridismo del que presumía cuando llegó el verano pasado (huyendo descaradamente de la Juve y del escándalo sobre el amaño de los dos últimos scudettos, si es que no fueron más) se le "ha curado" de repente. Esos cantos de amor hacia el blanco, ya no los tiene (curioso, como en su anterior etapa).

Don Fabio, el madridista, ante los comentarios insistentes de varios medios de comunicación madridistas (ojo, no he dicho madrileños, no, digo madridistas) dice que no se va. Que si le quieren echar, cobrará "hasta el último céntimo". Vamos, que es un jodido pesetero, más claro imposible. Lo mismito de mercenario que es su "supuesto" sustituto, Schuster, que en vísperas de la final de la copa que iba a disputar su equipo (si, el que es su equipo, el que le dio la oportunidad de entrenar en primera división), prefirió centrarse más en ver si la siguiente temporada iba a estar en ese equipo al cual no se cansó de hacerle cortes de manga durante la final de copa de 1983 en la romareda (cuan frágil es la memoria, pero que bueno que estuviesen allí las cámaras, ¿Verdad, Bernardo? Minuto 91 tras el gol de Marcos, por si acaso se os olvida).

Que el fútbol está lleno de mercenarios está claro. Que donde esté la pela se quiten los colores, también. ¿O no? Por lo visto hay un indio cual galo de los de Asterix resistiendo a los cantos de sirena de los dineros y de los intereses de quienes le quieren colocar en cualquier otro equipo. Resulta que ese niño que quería (y quiere) triunfar en el equipo de SU vida, parece que temporada tras temporada sigue ignorando a todos aquellos interesados en que deje sus ilusiones y les de la razón (¿Por qué parece que les jode que esto pase en el Atleti?)

Por suerte, sigue habiendo clases y clases...